Varios países están utilizando cámaras termográficas para combatir el avance de COVID-19, una enfermedad causada por el nuevo coronavirus. El uso de esta tecnología en lugares de gran concurrencia de personas, como aeropuertos y fábricas, permite la identificación oportuna de personas con temperatura corporal alta, apartándolas del resto para confirmar los síntomas de la enfermedad. Por lo tanto, la interacción social de los individuos potencialmente infectados es limitada, esto reduce la posibilidad de contagio.
La función llamada «screening» permite identificar a través de un sistema inteligente partes clave de la cara de las personas y mediante un software realizar mediciones instantáneamente. Si la esquina del ojo (conducto lagrimal) tiene una temperatura superior a lo que se considera normal, se puede seleccionar a la persona para un examen adicional y diagnósticos específicos para detectar el nuevo coronavirus.
La cámara utiliza un detector de radiación térmica infrarroja con resolución, sensibilidad y precisión específicas para medir la temperatura del cuerpo humano. El resultado, una imagen termográfica intuitiva y detallada, que muestra el contraste térmico a través de diferentes colores y mediante un software se detecta la temperatura máxima de una arteria al lado del canal lagrimal.
Un algoritmo específico es esencial para el proceso, ya que mide la temperatura en las partes correctas de la cara. Sin esta función, la detección de signos de fiebre no funcionaría, ya que no es suficiente solo apuntar la cámara a la persona. Sin embargo es importante resaltar que el procedimiento rápido, no invasivo y eficiente, no es un sustituto de la prueba de diagnóstico COVID-19.
Gran parte del equipo utilizado en las pruebas de detección en empresas, equipos de rescate, aeropuertos y estaciones de autobuses de todo el mundo proviene de FLIR Systems, el líder mundial en cámaras termográficas. «Nuestras plantas producen cuatro veces más que la carga de fabricación normal para soportar este momento global crítico», señaló Macson Guedes, gerente y director de ventas de la compañía en América Latina.
No todas las cámaras termográficas se pueden utilizar para este propósito, advierte Guedes. «Hemos desarrollado modelos específicos para detectar casos de temperatura corporal elevada. Las cámaras termográficas industriales no son convenientes para este uso, por ejemplo, ya que tienen una precisión de 2° C más o menos. Están hechas para medir la temperatura de los motores, entre otras cosas, y podría empeorar la situación si se emplea en esta misión”, dijo.
Las cámaras FLIR no están clasificadas como dispositivos médicos, pero están aprobadas por la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos, de la Agencia Federal del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos). El dispositivo FLIR debe usarse como complemento de otros procedimientos de diagnóstico clínico en el diagnóstico, cuantificación y seguimiento de las diferencias en los cambios de temperatura de la superficie de la piel.
El equipo de detección de FLIR tiene un margen de error de medio grado, así como alarmas visuales y audibles configurables en caso de detección. También tienen una resolución espacial, que permite el monitoreo desde 1.5 a 3 metros de distancia, y un enfoque ajustable, para mejorar la precisión de la medición.
Después de este período crítico, la función de «detección» puede deshabilitarse, de modo que la cámara también sea útil para otras aplicaciones, como el mantenimiento predictivo y preventivo, además del monitoreo de la condición.
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